La industria consume grandes cantidades de disolventes. Éstos, se utilizan en su mayoría para separar sustancias de una mezcla, ya que tienen la capacidad de disolver o dispersar otras sustancias. Esto permite que el disolvente disuelva únicamente un componente, haciendo más fácil su separación. También se usan para reducir la viscosidad en ciertos procesos de producción, como en la fabricación de pinturas y recubrimientos, haciendo que sean más fáciles de aplicar.
Los disolventes también aparecen en formulaciones cosméticas, en productos de limpieza, en fármacos, en adhesivos…
Los disolventes tradicionales
En la industria se han empleado muchos disolventes clásicos. Entre los hidrocarburos, encontramos los aromáticos como el tolueno y el xileno, y los alifáticos. También se usan ésteres como el acetato de etilo, metilo o butilo, y alcoholes como el metanol y el isopropanol. Las cetonas, como la acetona, la metil etil cetona y la ciclohexanona, también son comunes. Los glicoles, como el butilglicol y el propilenglicol, son otro grupo importante. Finalmente, los compuestos halogenados, como el cloruro de metileno, también se utilizan.
Tienen un origen sintético y la mayor parte de ellos son derivados del petróleo u olefinas como el etileno y propileno, en su mayor parte. Suelen ser productos muy presentes en el mercado y con fácil acceso y un precio asequible. Esto en contraste con el resto de las materias primas que se utilizan en las distintas formulaciones. Tienen poderes de solvencia muy elevados, normalmente con evaporación rápida y cumplen todas las previsiones de los fabricantes de producto acabado.
¿Por qué necesitamos disolventes alternativos?
Sin embargo, muchos de estos disolventes orgánicos usuales son sustancias inflamables y perjudican el medioambiente o la salud humana. Esto los ha puesto en el punto de mira de muchos reglamentos que han limitado o complicado su uso. Por ejemplo, algunos de ellos han sido clasificados como cancerígenos o tóxicos para la reproducción.
Por esta razón, la industria química busca cada vez más disolventes no convencionales que protejan mejor a las personas y al medioambiente, con menos riesgos. Esto les permite un uso más seguro y evita las restricciones de las leyes actuales. La reducción de riesgos lleva implícita otra ventaja en cuanto al etiquetado del producto.
Hidrocarburos especiales
El uso de los hidrocarburos en la industria química tiende a la especialización. Hace unos años, el mismo disolvente se aplicaba para prácticamente todo. Ahora, en cambio, se buscan hidrocarburos especiales; el hidrocarburo adecuado para cada caso.
De esta forma, algunos de los disolventes alternativos, a pesar de seguir siendo hidrocarburos, incorporan mejoras en la emisión de olores. Son más seguros para las personas o bien tienen una inflamación más baja. Estas mejoras, a la vez que se ajustan mejor a las regulaciones existentes, pueden optimizar el rendimiento de estos disolventes alternativos.
Este tipo de hidrocarburos incluye los desaromatizados y las isoparafinas, entre otros.
Disolventes ecológicos
Otros disolventes varios son los llamados disolventes ecológicos o verdes.
Derivados procedentes del crudo o sintéticos, menos inflamables y agresivos, que ofrecen propiedades concretas para usos concretos. Se trata de compuestos que generan menos residuos y que, al mismo tiempo, son menos tóxicos que los que se emplean en la actualidad. En consecuencia, son productos menos peligrosos para la salud humana.
Los disolventes ecológicos incluyen, entre otros, los ésteres dibásicos y el carbonato de propileno.
Disolventes renovables
Son disolventes opcionales muy similares a los ecológicos, pero con la gran diferencia de que su origen no es petroquímico. Por ejemplo, derivados de la glicerina (de forma exclusiva obtenida de aceites vegetales libres de OMG). En consecuencia son inocuos para la salud humana y ambiental: no son tóxicos ni bioacumulativos, ni mutagénicos, ni reprotóxicos, y no provocan irritaciones en la piel. Además, son seguros para almacenar y manipular.
El interés de los consumidores por estos productos ha crecido debido a las tendencias actuales del mercado, que cada vez se enfocan más en la sostenibilidad, la protección del planeta y sus habitantes.
Mezclas de disolventes como alternativa
En ocasiones, encontrar disolventes alternativos no es algo inmediato. Hay algunas sustancias químicas que, por sus propiedades únicas, no pueden ser sustituidas sin más por otra. En su lugar, se deben mezclar los disolventes en los que cada uno de ellos pueda aportar algún rasgo de los que tenía el disolvente original.
Debido a la peligrosidad de muchos de estos productos, muchas empresas tienden a comprar estas mezclas ya preparadas para evitar su manejo y optimizar los costes. Quimidroga, desde hace muchos años, ofrece la capacidad de realizar mezclas de disolventes a medida en todo tipo de formato.
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