Emolientes para cosmética

Los emolientes son compuestos que tienen la capacidad de suavizar y alisar la piel al proporcionar una hidratación profunda y retener la humedad. Estos ingredientes son esenciales en la fabricación de productos de belleza que buscan mejorar la textura y la apariencia de la piel.

Hidratación profunda: los emolientes generan una capa protectora en la piel evitando la pérdida de agua por evaporación, por lo tanto estos aumentan la hidratación de la piel y contribuyen a su flexibilidad.

Prevención de la sequedad: los emolientes son ideales para prevenir la sequedad de la piel, especialmente en climas secos o con baja humedad en los que la piel es más propensa a perder agua por evaporación transepidérmica. 

Reducción de la aspereza: los emolientes suavizan la piel áspera y seca, mejorando su textura y brindando una sensación de comodidad y bienestar. 

Mejora de la elasticidad: al mantener la piel bien hidratada, los emolientes pueden mejorar la elasticidad de la piel, lo que es beneficioso para prevenir la aparición de líneas finas y arrugas. 

Los emolientes pueden ser sustancias hidrofilas o lipófilas, y también pueden ser emolientes de tipo líquido, semilíquido o ceroso.

Emolientes hidrófilos o humectantes se caracterizan por una acción hidratante. En este grupo se sitúan los polietilenglicoles, glicerina, propilenglicol y el sorbitol, entre otros. 

Emolientes lipófilos se caracterizan por retener el agua en la epidermis, así se impide su evaporación y se consigue que la piel esté más hidratada. En este grupo se engloban los ésteres, ceras, aceites vegetales, triglicéridos, entre otros. 

Las siliconas abarcan el grupo de los emolientes sintético, y se usan para crear una sensación sedosa en la piel y evitar el tacto graso que dejarían otros emolientes.